Salvador Aragón. Director General de Innovación, IE Business School www.ie.edu
El día a día de la empresa nos muestra numerosas afirmaciones que pueden ser consideradas como auténticas armas de destrucción masiva para la innovación. Entre todas ellas, sin duda la más dañina es “esto siempre se ha hecho así”. Si usted la escucha, o quizás la afirma frecuentemente, existe un serio problema con la innovación. Si analizamos la expresión “esto siempre se ha hecho así” podemos percibir dos componentes claramente diferenciados: uno ideológico y otro operativo. El primero implica la imposibilidad de asumir incluso la posibilidad de hacer las cosas de una forma distinta. En otras palabras, no somos capaces de aceptar una nueva idea. El segundo componente hacer referencia a la imposibilidad de ejecutar de forma alternativa al actual modelo operativo. El problema ideológico asociado a la aceptación den nuevas ideas ha llamado mucho la atención tanto de investigadores como directivos, dando lugar a una disciplina propia de la innovación denominada la gestión de las ideas. El padre de esta disciplina, Donald Schön afirmó que mientras que la invención o concepción de una idea innovadora puede ser obra de un solo individuo, la innovación como proceso es un logro corporativo que implica impulsar e y transformar dichas ideas en algo valorado por la organización o sus stakeholders. Schön resalta que las ideas por si mismas no son suficientemente potentes para cambiar estrategias o políticas a menos que se conviertan en un tema central en el debate dentro de la organización, y finalmente sean capaces de sumar tanto influencia como recursos. En estas condiciones, el debate no es el mérito de las ideas en sí, sino quien está utilizando las ideas como vehículo para ganar poder. A medida que las ideas son asumidas por personas que son o han llegado a ser poderosas, las ideas incrementan su poder para cambiar las organizaciones, empresas e instituciones. Tras ello, las ideas exitosas son implantadas y son institucionalizadas, pasando a ser parte de la ideología de la organización. En este punto, dichas ideas son percibidas retrospectivamente como obvias. La aplicación directa de estos estudios es clara. Si usted quiere que las cosas “se hagan de forma distinta” debe buscarse un buen sponsor dentro de su organización, que tenga el poder suficiente para colocar su innovación en mitad del debate político dentro de su organización. Si esta opción le resulta demasiado “directa”, la investigación más reciente nos muestra otra opción. Si usted es capaz de aglutinar a un grupo de personas o stakeholder, para los cuales la innovación que usted propone en su vehículo para romper su aislamiento y mejorar su conexión e influencia dentro de la organización, tendrá mucho ganado. Y es que la gestión de las ideas nos lleva a la política organizativa, aunque muchos esperaban otra conclusión ¿o no estábamos hablando de innovación?